Vladimir Brontis: 5/17/09 - 5/24/09

Wednesday, May 20, 2009

Fotografía en arquitectura

La fotografía, como recurso, es inventada en 1839 , y aplicada en arquitectura es un invento notable, al recoger tres dimensiones, y emular con exactitud el croquis.

La fotografía puede ser así una invitación a ver las cosas con más exactitud. En Encarta, es posible leer más de su proceso físico, y cómo se recoge esta forma de profundidad en un plano, a través de la luz. Trae la posibilidad de comprobación, al obtener “lo idéntico”.


Planta, corte y elevación: la fotografía imposible
Un prisma siempre tendrá planta, corte, y elevación claras. Es raro girar un prisma de tal forma que la planta no sea un plano sin proyecciones.
Un objeto de múltiples vectores, sin embargo, puede tener una planimetría diversa.

Con la fotografía, es fácil lograr el efecto de una elevación, alejándose un poco de un edificio, y enfocándolo frontalmente. Sin embargo, una elevación en rigor se logra alejándose infinitamente: las planimetrías así son fotografías imposibles. Proyectan, o bisectan objetos reales.
Un objeto de aspecto orgánico va a tener una proyección de su faz no plana. Va a tomar un solo plano, por su medida exacta, y el resto se va a “proyectar”.

Papel maché y la libertad del artista
Al recordar la universidad, y el medio de comunicación utilizado, el arquitecto siempre se ha expresado en planta, corte y elevación, como soporte de la idea.
Recuerdo, sin embargo, la propuesta que me hizo una vez Alex Moreno, profesor de título, para expresar la idea que tenía: “podrías tomar una sábana, o un género grande, lo metes a un balde con aglomerante, y lo extiendes sobre un pliego para ver el arrastre, sobre una superficie plana”. Así me recordaba a la Victoria de Samotracia: recuerdo que finalmente hice algo así, arrugando un pliego, sobre otro plano.

Pasta de papel y papel encolado
En torno a esto último, la apreciación de la escultura es sensorial. Se pueden tener varias caras de ésta. La comprensión puede tener varios planos.
Otro recuerdo, que imagino otros también tienen, es el de hacer papel maché para cabezas de títeres, en mi caso de un cuento de Oscar Wilde. O bien tiras de papel encolado sobre estructuras de alambre, para hacer figuras, como dinosaurios, o árboles.
Llama la atención el aspecto rugoso de estas cabezas. Protuberancias, curvas, evocan el muro en movimiento del art nouveau, en un ancho variable. La curva, la arruga, me han llamado la atención: siempre hago curvas con rectas, y diagonales: ¿por qué no pensar una curva espontánea?

Cómo hacer pasta de papel
Recordando, y leyendo instrucciones, la pasta de papel se hace con papel de diario, cortado en trozos, y puesto en remojo 24 horas, en agua, con un poco de lavandina. Posteriormente, se exprime para sacar parte del agua. Se agrega harina y amasa hasta obtener una pasta blanda, que no se pegue a los dedos.
Usando papel tissue, en lugar de papel de diario, se obtiene una pasta más fina, con menos tiempo de remojo. Luego de ocupar esta pasta, se deja secar, pudiendo lijarse suavemente. Es posible también de pintar con témpera, mezclada con cola plástica.

No había pensado en la arruga, la rugosidad, el pliegue espontáneo y protector de la ropa, por ejemplo. La frazada del montañista, o la epidermis de una carpa, como pared que puede modificar a sus anchas. Pensar en la rugosidad. Al respecto, ¿cuál es la fachada de una montaña?


Gaudí, en torno a esta rugosidad de los muros, la aplica con notable originalidad, y significado, en la casa Batló, por ejemplo, o en sinuosos elementos de parque con analogías naturales (Parque Güell).


Valparaíso, según Lukas.

En el escrito anterior adelanté tener interés en el tema de Valparaíso, que estoy procurando tomar, en cuanto a espontaneidad y tridimensionalidad. Hace pensar en las nociones de contextualismo y aplicación: la disyuntiva del modernismo. Por una parte aparece el asunto natural, y por otro la propuesta geométrica. ¿Valparaíso, como ciudad que funciona, en este sentido es extrapolable? Vale decir, ¿su aporte puede ser aplicable fuera de su geografía?



Pasaje Apolo, Lukas.

Con respecto a Valparaíso, y el trabajo de los arquitectos en esta ciudad, que a veces tiene reparos a mayores escalas, recuerdo opiniones de la forma de abordar el diseño de la ciudad, que a veces lleva a resultados de excesiva racionalización o rigidez. Recuerdo a artistas tocando el tema, en entrevistas. Aparece el comentario de postular aplicar razones o trazos reguladores sobre escaleras espontáneas, que no la tienen, por ejemplo. ¿O tienen otra razón? Valparaíso, de todas formas, tiene valores naturales de tridimensionalidad, que cumplen funciones, y tiene programas definidos: restoranes, pérgolas, ascensores. Ante ésto los escultores, y artistas, tienen la posibilidad de asir las cosas en una comprensión de la forma de gran predominio sensorial, que precisamente tiene que ver con una multiplicidad de planos espontáneos. Un croquis del dibujante Lukas puede ser una buena aproximación y obra sobre la ciudad, por ejemplo.

Equipamientos y trapecios
Actualmente, me encuentro interesado en una exploración de pliegues, descubriendo variantes, y buscando arquitecturizarlos, con objeto de comprender, y conocer sus sutilezas, y elementos, llegando a algunas ideas.

Trapecios levantados con riostras, aparecen como una nueva noción de generación. De fotografías de estados intermedios de despliegues, donde abro elementos que he proyectado, llego a un apoyo cruzado de planos. Las diagonales me sugieren la conocida casa A, y el espacio dos salones virtuales.

Pienso si, con elementos transparentes, o livianos, incrustara un trapecio en el otro, podría llegar a una fisonomía familiar a la Opera de Sydney. Elaboro, en esta idea de equipamiento, maquetas de papel, y cartón, y modelos digitales de despliegue, en una etapa de medir y escalar.

Volviendo al tema inicial, de las formas de representación, y los medios de expresión, donde actualmente se destaca la fotografía, el mayor acceso de las personas a este recurso, incluso en teléfonos móviles, hace que se transforme en otra forma de mirar del espectador, llevando a una nueva preocupación por la exactitud, trayendo nuevos desafíos y posibilidades. ¿En qué se podría traducir plásticamente el acceso cada vez más expedito a la fotografía, y a programas que logran un efecto muy parecido?, es una pregunta que me he hecho últimamente.