Vladimir Brontis: Arquitectura, libro y construcción

Friday, April 12, 2024

Arquitectura, libro y construcción

La arquitectura ha tenido estrecha relación con el libro a través de la historia, como contenedora, en bibliotecas y librerías, como inspiración, y como tema. Como su sustento, fundamento, y como el marco cultural y social en que se construye. La cultura da sentido y dignidad a los actos que suceden en las construcciones, y se plasma como registro en los libros.
Los libros son registros de nuestras acciones. Y de alguna forma modifican e influyen en las acciones, al plantear principios, que las orientan. Es cuestión de recordar la importancia que cobran los tratados, en el periodo del Renacimiento, y los avances sociales, importancia y poder que creaban en su entorno, al reflejarse en la praxis, en la realidad. Las ilustraciones de ciencia significaban avances en la medicina, y en la tecnología. E imaginaban universos, y culturas, en la teoría.
Arriba: croquis propio de la Nueva Biblioteca de Alejandría (1996, Egipto), de la firma Snøhetta, que evoca varias características de la original, hito desaparecido de la Antigüedad.
Construye
La Escuela de Arquitectura de la UCV ha editado libros muy interesantes, especiales, que en su factura comunican una intención. Interés que puede partir en la portada, ya sea recortando, horadando, o haciendo relieve. En los libros de poesía de Godofredo Iommi, por citar un ejemplo vinculado a la Escuela, toma especial atención situar la palabra, como marca en el “terreno”, o emplazamiento, de la hoja en blanco. Poesía territorial, física, donde el blanco, la parte vacía, también empieza a cobrar significado. Me llamaba la atención visitar la biblioteca de arquitectura, cuando estudiaba en El Comendador, y hojear esos libros, inspiraban para proyectar.
Subyace el tema de los libros objeto, con interés en sí mismos, que en sí llevan parte de los diseños e ideas que se proponen en el interior. Dan lugar a un “gesto de novedad”, al interpelar, y buscar su espacio, de otra manera.
A través de Iommi se llega a una arquitectura, me llama la atención. Otros creadores no tienen ese poder convocante. Son etéreos, son filosóficos, Iommi en cambio es constructivo. Sigo pensando, sin embargo, que, actualizándose en el tiempo, desde esos años dictatoriales, de la segunda mitad de los 70, y todos los años 80, una mayor apertura política nos llevaría a mejores resultados, o por lo menos a otra mirada, a una forma de permanencia. Nos daría un sello, de una escuela más militante. Un sentido más político, lo he escrito en posteos anteriores.
La posición de Iommi, en este aspecto, no parece determinante: es pedagógico. Parece impulsar a un alumnado, es lo que comunica. No parece referir una ideología determinada. El alumno de su asignatura puede seguir uno u otro camino.
La pedagogía abre caminos al estudiante. Es un interesante tema: hasta cuándo la cultura es docencia. O si la teoría es docencia. O si Le Corbusier es docencia.
Luego uno piensa en las ventajas y limitaciones de la enseñanza. Así la desventaja, de un movimiento-escuela, es que virtualiza en un “podría ser”, en una permanente función condicional, las cosas que ejecuta. Y luego los resultados son un tanto efímeros.
Sin embargo, todo se resume en una cosa, en una palabra: construye. En un “vamos a hacerlo”. Es el sentido último.
No tiene sentido inculcar algo si se niega en los hechos. Se debe ser consecuente. Enseñar algo que no se va a construir sería un contrasentido. Iommi luego habla a un alumnado, no a seguidores políticos. Es su tono permanente.
“¿O bien el compromiso político es inevitable?”, se pregunta el poeta en “Carta del Errante”, donde también cita a Louis Aragon, poeta y académico comunista. Llama la atención, en artículos fechados en la década de los 70, bastante feroz en represión. Entonces, esos años cuando la Ciudad Abierta de Ritoque coincidía con el campo de concentración de Ritoque (que quedaba cerca, 5 Km al norte), y lo que implicaba: la prisión del arquitecto Miguel Lawner, y otros artistas.

El cálculo de un movimiento-escuela
Godofredo Iommi Marini fue un poeta nacido en Argentina, fuertemente ligado a Chile a través de la Escuela de Arquitectura de la UCV, donde fue profesor. Su hijo y nieto homónimos, además de compartir su nombre peculiar, se vinculan a las matemáticas. Godofredo Iommi Amunátegui es doctor en Ciencias Físicas y Matemáticas, y Godofredo Iommi Echeverría es doctor en Matemáticas. Ambos tienen libros interesantes, que mantienen algo de la visión del poeta, y su origen humanista.
En el texto de Iommi Amunátegui, por ejemplo, “G.W. Leibniz, N. Goodman y la noción de complejidad: Lineamiento de una teoría”, se parece buscar una estructura, un método de cálculo, parecido al que se aplica en la arquitectura, desenvuelta pero disciplinada, de la Escuela de la UCV. Tiene su influencia. La Escuela de la UCV busca un sistema, un procedimiento, que lleve a hacer. Más allá de posiciones ideológicas.
Uno no puede decir que Leibniz era conservador, si era un periodo en el que había que tener diplomacia, previo a la Revolución Francesa, por eso parece un interesante tema, de búsqueda de voz, de lenguaje.
Leyendo “Apertura de terrenos” (1971) y “Cálculo poético de Amereida” (1967), del poeta, pienso que este posteo trata sobre la elaboración, la complejidad. El verse ante la necesidad de construir la idea, y de producir resultados concretos. http://amereida.cl/Apertura_de_Terrenos
La Biblioteca de Alejandría
La Biblioteca de Alejandría fue una de las más importantes en la Historia, un referente, así como uno de los mayores acopios culturales de la Antigüedad. Fundada en el siglo III a. C., en el sector administrativo de la ciudad egipcia de Alejandría, durante el período helenista, la biblioteca formaba parte de una institución conocida como “Museion”, dedicada a las nueve musas patrocinadoras de las artes. Su creación puede haber sido idea de Demetrio de Falero, estadista ateniense exiliado, que fue su primer bibliotecario, o de Ptolomeo I, quien, al igual que Alejandro Magno, procuraba difundir el helenismo. Sin embargo, no fue construida sino hasta el reinado de su hijo, Ptolomeo II.
https://es.wikipedia.org/wiki/Biblioteca_de_Alejandria
https://historia.nationalgeographic.com.es/a/biblioteca-alejandria-destruccion-gran-centro-saber-antiguedad_8593

¿Cómo era la biblioteca de Alejandría? Arquitecturas que actualmente no sabemos cómo eran, que llegan por referencias y descripciones. Las reconstruimos como un recuerdo.
https://writeclub1968.wordpress.com/2020/06/17/la-biblioteca-de-alejandria-mitos-vacios-y-logros-oscurecidos/
https://www.cinconoticias.com/como-se-monto-biblioteca-de-alejandria/
Arriba: distintas versiones de la posible fisonomía de la Biblioteca de Alejandría.

Sobre la comprensión del mensaje
Hay diferencias en cómo entiende cada persona. La idea es común, la forma de acogerla depende de cada individuo.
La gente respeta y teme a las sucesiones de gobierno por eso, por ejemplo. Las ideas por lo general no son administradas de forma similar por líderes diferentes. Hay cambios entre uno y otro, incluso en la misma tienda.
El conjunto de principios que convoca, sin embargo, debiera ser una continuidad.
Los concursos de arquitectura son reveladores, sobre cómo cada arquitecto comprende, y proyecta en un sitio. Partidos disímiles, para un mismo programa, entendidos de distinta forma. Lo que otorga una riqueza. Partidos similares hacen un concurso aburrido.
Se puede pensar el ejercicio de cómo ven distintos dibujantes una misma descripción. Y sopesar la versión propia para una descripción, por ejemplo, con otras versiones.
Arriba: las causas de la desaparición de la Biblioteca de Alejandría son oscuras. Este grabado (1876) muestra un probable incendio, del año 47 a.C., durante la guerra entre Cleopatra y su hermano.

Los libros especiales
El libro comparte con la arquitectura ser un contenedor. También es un sustento, en cuanto a objeto.
El propósito del libro es difundir, mostrar, ser un registro de lo circundante, en el lenguaje de Husserl, que he estado repasando este último tiempo, durante la elaboración de mis proyectos, y trabajo de oficina.
Los libros religiosos del medioevo, llamados “Libros de Horas”, que las personas diseñaban para sí mismas, y que también se obsequiaban, son primeros ejemplos de manuscritos creativos. Del mismo tiempo medieval, los llamados “volvelles”, son libros que contienen discos giratorios unidos a ejes, y a las páginas, anteriores a la invención de la imprenta. El lector podía girarlos para hacer cálculos, o estudiar y visualizar los sistemas astronómicos y filosóficos de ese tiempo. Uno de los autores que emplearon este mecanismo fue Ramón Llull, poeta, filósofo y místico (Mallorca, 1232-1316).
En el Renacimiento, gracias a la imprenta, la difusión de los libros se dispara, y algunos incorporaban páginas desplegables. Es el caso del “Liber Cosmographicus”, obra del siglo XVI, del matemático alemán Peter Apian, donde se podía interactuar, con mapas e instrumentos astronómicos en papel. En la misma época, aparecen insertos interactivos para describir el cuerpo humano, presentar referentes de arquitectura, y explicar astronomía y filosofía. La prensa de Gutenberg, a partir del siglo XVI, consolida las ideas del Renacimiento, y el surgimiento de la Ilustración.
En el siglo XVIII, el editor inglés John Newbery comienza a publicar fábulas, en formato pop-up. Sus libros se vuelven de culto, en Inglaterra y Francia, desconociéndose sin embargo los autores de la mayoría de las publicaciones.
Los libros cartoneros, desde los primeros años del siglo XXI, pueden entenderse como encuadernaciones a mano, con tapas de cartón. Dado que el término fue popularizado por las propias editoriales cartoneras, su definición más usual es la de "ejemplar producido por una de esas editoriales", basándose en la economía y humildad de los materiales, y su carácter artesanal.
https://www.pixartprinting.es/blog/historia-libros-desplegables/
https://www.domestika.org/es/blog/4992-breve-historia-de-los-libros-pop-up
Arriba: Volvelle astronómica del siglo XIV: un libro especial.

Elaboración, proyecto y detalle constructivo
Procuro dar nueva lectura a mis proyectos estos días.
La gente no sabe lo que demoran algunos trámites, como el hidrogeológico, lo que da tiempo sin embargo para elaborar, y ajustar. Pensé que elaborar es otro tema. A veces se puede estar sobreelaborando. O a veces el tema está demasiado crudo.
El evangelio de San Marcos es más agreste, el de Juan es muy elaborado. Son dos formas de ver, de abordar.
Haciendo calces y ajustes, me encuentro desarrollando las estructuras, viendo el total y sus pormenores. Desde el detalle constructivo a aspectos de contexto. Actualizando asimismo la  arquitectura con las resistencias requeridas.
Procuro que tenga buenos detalles, pensados, donde se delegue poco, presentando decisiones claras, en feedback o retorno con arquitectura. De hecho, en algunos figuro tanto como arquitecto, como calculista, lo que permite comunicación.
Arriba: croquis propio de la Casa de los Nombres (Ritoque, Chile, 1992)
Arriba: empleo de vigas reticuladas como recurso constructivo, Ciudad Abierta de Ritoque. En consecuencia a su tesis: una descomposición de pequeños elementos constructivos que conforman un total.

Cálculo poe (lí) tico
Un aspecto interesante de la poesía de Iommi es su vínculo con el cálculo de arquitectura, y con el grupo de arquitectos, artistas y escritores que refundó la Escuela de Arquitectura de la UCV, en torno a una nueva idea de construcción, y de convivencia. Volviendo a su fragmentarismo, su búsqueda de densidad, y a la noción de complejidad, parte de la estructura propia del lenguaje, que busca una manifestación constructiva.
Leibniz es conocido por su modelo de descomposición de un número en factores primos. Así descomponer en partes simples se convierte en punto de partida de nuevas combinaciones simbólicas, de mayor complejidad. Nuestro entendimiento acoge todo aquello que pueda representarse mediante símbolos. Es una vía de ida y de vuelta, que diluye la distinción entre complejidad y simplicidad, en una configuración teórica unitaria. Proyectando el número en el espacio, cualquier ente puede ser considerado factor invariante, y convertirse en centro del mundo. Si cada punto del espacio teórico puede ser visto como centro de un sistema, es posible concebir un sistema de complejidad infinita.

Esto es, no quedarse en un esquema irreductible. Elaborar, a partir de sus componentes. Desprender en un orden. En un lenguaje más propio, diría que es evitar que el tema se agote.
Los textos de la Escuela de Arquitectura de la UCV, teóricos, son la base para un sistema, con resultados constructivos. Por eso parece interesante, o productivo.
Lleva a pensar, volviendo a lo político, que la gente en el siglo XIX se interesó por escritos basados en doctrinas sociales. Marx y Engels, por ejemplo, y su densidad. Cercana al hecho, nada de fútil. Constatando la necesidad, de un modo útil.
Su densidad había logrado entusiasmar a los sectores populares.
Lo que se ha llamado luego comunismo científico son capas cada vez más difíciles de leer, y lo que a la gente le llama la atención es el orden que se conforma. Lo que se logra con aquello en la praxis. Su manifestación, repercusión.
Que puede verse aplicado en la sociedad real. Eso interesa. Lo real, un vehículo para actuar ante la desigualdad. Las injusticias sociales. De hecho, gran parte del público no necesita llegar a esas capas. Como montañas no abordadas, habitan los valles.
Hemos llegado a un punto en que las cosas no se hacen, y tal vez resultan interesantes los vehículos para hacer.

Me parece interesante, con respecto a la Escuela, que hay un concepto de espiritualidad, que Marx no aborda, y Iommi sí. Si entendemos espiritualidad por interioridad la poesía también es espiritual. Tema tal vez para un próximo artículo, en específico.

Qué pasa que es la primavera cuándo es otoño,
A qué se debe esta luz cálida interior
Paraguas van cabizbajos y su ansiedad no me llega
Soy inmune a vientos de muerte
Si elijo volver a ese camino
La vida se va pausadamente
Entre los campos de trigo
Y no de esta forma
De esperas inclementes
Los ventanales que se abren en tormentas
Piden piedad por sus pobres personajes
Piden piedad por sus finales
De escritores alucinados
En el último café, en el último estertor, en lo último
En un London veloz, en un Pollock que se va
En un Trakl de campos sombríos

En el invierno Persephone
Tiene que regresar al inframundo
Es un ciclo, es solo un ciclo - repito
Hay una segunda vez, hay un viento nuevo
Un sol en la ventana
Hamlet lo ve por última vez
¿es el último? ¿hay otro? ¿es el último?

Aspecto astronómico de la Nueva Biblioteca de Alejandría
Al dibujar la Nueva Biblioteca de Alejandría, o Biblioteca Alexandrina (1996), de la firma Snøhetta, me llamó la atención su aspecto externo astronómico, y su aspecto interno de anfiteatro, más de mesón que de estantería (horizontal más que vertical), en sus vistas interiores.
Frente al Mediterráneo, conmemora la antigua Biblioteca destruida en la Antigüedad, procurando reavivar su atmósfera de acopio de conocimiento. Para ejecutar el proyecto se unen aportes de países europeos, americanos y árabes, más el gobierno de Egipto, y la Unesco. Las obras empiezan en mayo de 1995 y concluyen en diciembre de 1996. El 16 de octubre de 2002, la Nueva Biblioteca de Alejandría es inaugurada, acudiendo importantes jefes de Estado.
El edificio, emplazado cerca del lugar donde se supone se encontraba el antiguo, es un gran cilindro de cemento, cristal y granito, con bajorrelieves escritos, en la mayoría de los idiomas del mundo. Tiene una superficie de 36.770 m2, y una altura de 33 metros, en once niveles, de los cuales cuatro son subterráneos. Posee una sala hipóstila, evocando la arquitectura egipcia, sostenida por columnas de hormigón y madera noble, como sala de lectura, con capacidad para 2000 personas. La cubierta es circular, en cita a Ra, dios del Sol. El vidrio y aluminio son cernideros de la luz, en forma diagonal, mientras que por fuera el cuerpo se refleja hacia el Mediterráneo, como recuerdo del Faro de Alejandría.
Tiene un aspecto geométrico, frecuente en los proyectos de los años 90. De hecho, me recordó a mi proyecto de título, con su horizontal en talud, y a las obras que buscaba como referentes, de cuerpos geométricos que interactúan, como el plegado que el cilindro tiene contiguo.

Concepto de membrana y reticulado en Amereida
Buscando la praxis de cálculo de la Escuela de Arquitectura de la UCV, me ha llamado la atención el uso frecuente de cerchas y vigas reticuladas en sus proyectos de arquitectura, concepto nada inusual, reconocible. Es un buen ejemplo de complejidad en elementos solidarios, y de reconocer el triángulo como figura indeformable. En lo orgánico de sus formas, su crecimiento parece ser aditivo. Y estos triángulos básicos, indeformables, pueden ser su módulo: varias de sus obras tienen este recurso. Como también la aplicación de la tracción: el esfuerzo que estira, especialmente útil para materiales livianos y baratos, como los que emplea la Escuela.
Procuré hacer luego un croquis personal de “La Casa de Los Nombres” (abajo, boceto), obra construida en 1992, en la localidad de Ritoque, Chile, desmontada ese mismo año (no es la idea que permanezca). Parece de especial interés la relación que se da entre los autores, y su método de enseñanza, donde participan en la construcción los alumnos.

Autores: Fabio Cruz (Arquitecto), Salvador Zahr (Arquitecto), Boris Ivelic (Arquitecto), Ricardo Lang (Diseñador).
Constructores: Talleres de Arquitectura de 1°, 3°, 5° Año, y Talleres de Diseño de Objetos, Escuela de Arquitectura UCV, Chile.
Año: 1992 (obra desmontada)
Ubicación: Ciudad Abierta de Ritoque.

El requerimiento es albergar al total de la Escuela (400 personas), con objeto de exponer el quehacer de sus talleres, y conmemorar los cuarenta años de su refundación (1952). El "acto" principal luego es “habitar el espesor de las arenas, alcanzadas con el paso difícil y la luz cruda”, destacándose dos conceptos claves: Lugar y Acto. Así, aunque la obra comienza definiéndose desde el Acto, es el Lugar el que condiciona todos sus fundamentos.
Desmontada, la casa de los nombres perdura en la memoria de su acto, en las planimetrías, y en los registros fotográficos. En su negativo, o vaciado. Puede hacerse la asociación con la poesía de Iommi: la arena es la página vacía.
Queda el vestigio de los pilares de hormigón pretensado, como bosque en la duna, y el vacío excavado, como expresión del interior que se puede albergar bajo el viento.

Conclusiones
Al leer en forma somera, la tesis de la UCV tal vez parte de una premisa aparentemente errada: “quien conozca las partes, conocerá la cosa”. Lo que le nace a uno es pensar que quien conoce la parte no conoce la cosa, a no ser que exista una continuidad unificadora, un relato base. Una poética, que es la parte con comprensión de la cosa completa. Entendiendo sin embargo la idea de complejidad infinita, si cada punto del espacio teórico puede ser visto como centro del sistema, el concepto es la premisa certera de que todos somos un centro, mendigo y rey, como dice uno de sus versos. La aparente disgregación luego tiene relato, y es un relato interesante.
Los dos proyectos dibujados en este texto se contraponen: uno con materiales permanentes, nobles, y el otro con materiales baratos, pero el segundo en el descubrimiento de módulos indeformables, que se van articulando. Recursos constructivos. Uno de los legados más notables de la Ciudad Abierta de Ritoque, y la Escuela de Arquitectura de la UCV: una idea de estructura íntimamente ligada al sentido de la arquitectura.

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