Alfombras y collage de tramas
Al ser iconoclasta (no concebir la representación corporal) el arte árabe desarrolla la abstracción geométrica. Da lugar a los más complejos esquemas y trazos reguladores, cubriendo pisos, techumbres, y muros.
Repetición de patrones o motivos a través de variados movimientos de estos, generan una creatividad de tapices y baldosas. Posibilidades interminables, para un mismo motivo. Y esta comprensión geométrica se ve reflejada en la arquitectura, coincidiendo con el esplendor de su cultura, entre los siglos VII y XII.
La mayoría de los patrones geométricos árabes se basan en polígonos regulares y estrellados, como el hexágono y el octágono. Los polígonos de estrellas, que aparecen en la evolución de la arquitectura islámica, se generan uniendo vértices de polígonos regulares, motivo frecuentemente observado en cúpulas y rosetones.
Polígonos estrellados, imagen superior
El trazo regulador en Le Corbusier
Lo que en el arquitecto clásico es norma en el arquitecto moderno es fundamento activo: salir a buscar las respuestas, en la misma forma, la misma estructura. Sin el marco del canon, en la desnudez, aplicar bien una geometría adquiere una importancia vital. El trazo regulador es una decisión sustancial: no hay un marco formal de acantos en el que caer, o en el que sustentarse. La forma es desnuda, se sustenta en su masa crítica, en sus razones.
Logias y balcones: fachadas profundas
Las alfombras y tapices naturales de hojas me han inspirado, asociándolas a las medidas y geométricas alfombras árabes.
En torno a esto, he trabajado un motivo original en forma de M y las diagonales que se generan en su movimiento. Procurar concebir un cuerpo que, si se ve como arquitectura, se aproxime a una construcción de logias y balcones (capas y profundidades). Fachadas permeables.
Uno y divido los prototipos. Veo la poesía en un cuerpo escultórico, y luego separada, procurando fragmentos geométricos coloridos que evocaran hojas, a modo de esculturas.
Aplico colores y trabajo su separación y ajuste: que pueda leerse por separado y unido, como estrofas, o como poema.
Constituir así un poema fragmentario, con la potencialidad de unirse en una nueva estructura, una nueva articulación.
Las estrofas dialogan entre sí, están pintadas, y juntas conforman una nueva figura.
Así estas tres estrofas propuestas se diseñan para estar ensambladas entre sí. A continuación un adelanto.
Así juntas dan lugar a una unidad, y separadas subsisten: ese es el concepto. Un poema pintado en capas.
Procurando además horadado no solo en las letras sino en las figuras geométricas. Dado lo vistosa que es la tipografía volumétrica es importante la decisión de qué palabras son “superpuestas”. Basta con pocas, y en ellas se incorpora una noción de espesor, que interactúa con los planos y quiebres.
Asimismo la decisión en la pintura: qué “capas” se forman.
Mientras el verano se hunde en los árboles…
Construyo así una primera noción de figura y color. Tonos de tierra para estos “versos grandes”, procurando ser expresivos, en sobrerrelieve, y que incluso la palabra pueda tener un rango de alejamiento. Que sin incrustar el total todavía pueda leerse el mensaje.
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