Abstracción: el tema de la referencia
La representación figurativa
Las expresiones abstractas, predominantes en el movimiento moderno, al destacar aspectos cromáticos, formales, estructurales, dejan de emplear la representación figurativa, tendiendo a un lenguaje autónomo, con significaciones propias. Un lenguaje de forma, color, y línea, independiente de referencias circundantes. La representación occidental estaba, desde el Renacimiento hasta mediado el siglo XIX, constreñida a la perspectiva, y a tratar de reproducir lo circundante. A fines del siglo XIX se manifiesta la necesidad de un nuevo tipo de lenguaje, que asuma los cambios en tecnología, ciencias, filosofía. Los fundamentos reflejan las preocupaciones culturales, y sociales, en todas las áreas en transformación.
Este distanciamiento de una representación exacta puede ser sólo ligera, o parcial. La abstracción existe en forma graduada. Incluso la representación que procura alto grado de verosimilitud puede ser abstracta, dado que la representación perfecta siempre es improbable. La obra que altera por ejemplo color y forma, puede decirse que en parte es abstracta. La abstracción total no conserva ningún grado de referencia a lo reconocible. La representación figurativa y la abstracción total son casi mutuamente excluyentes. Pero las obras figurativas y realistas a menudo contienen algo de abstracción parcial. Entre los movimientos que encarnan una abstracción parcial estarían el fauvismo, que altera el color, y el cubismo, que modifica las formas.
La fotografía y la crisis de la representación figurativa: si obtengo lo circundante pulsando un botón, ¿para qué graficar igual?
La abstracción pura, donde no hay referencia a lo circundante, surge alrededor de 1910, como reacción al realismo, influida por la aparición de la fotografía, que provoca la crisis de la representación figurativa. El paisaje se vuelve asequible, y la representación literal redundante, ante un nuevo invento que lo muestra idéntico.
El lenguaje abstracto es una de las manifestaciones más significativas del siglo XX, elaborándose a partir de vanguardias anteriores. Por un lado, el fauvismo y expresionismo liberan el color, derivando hacia el informalismo. Otro movimiento es el cubista, que acentúa la conceptualización de forma y composición, llevando a otro tipo de abstracción, geométrica y constructiva. Tanto la abstracción geométrica como la lírica son a menudo totalmente abstractas. Por lo tanto, ya en el inicio, han existido dos polos: uno, de orígenes en el fauvismo, libre y lírico; el otro, inspirándose más en el cubismo, riguroso y geométrico.
El concepto de lo abstracto refiere movimientos en pintura, escultura y artes plásticas, que rechazan la mímesis de modelos exteriores, prescindiendo de toda figuración (espacio real, objetos, paisajes, figuras, seres animados e incluso formas geométricas si se representan como objetos reales, con iluminación y perspectiva). Según ésto, las obras no refieren lo exterior, sino proponen una nueva realidad.
El suprematismo fue un movimiento enfocado en formas geométricas fundamentales (en particular, el cuadrado y el círculo). Es muy interesante, al radicalizar las tendencias de la época.
Proporción en la abstracción: porqué subsiste la estética
El mundo de lo abstracto se conforma de proporciones desnudas. La arquitectura no tiene las múltiples líneas de los órdenes clásicos, sino que parece ser una expresión del movimiento.
Proporción es una correspondencia, que apela a una última lógica de formas. En esta lógica, se presenta una correspondencia de partes colaborantes, sean figurativas o no.
Abstraer (según la RAE, del lat. abstrahĕre), implica separar las cualidades de un objeto para considerarlas aisladamente, o para considerar el objeto en su pura esencia o noción. Esto lleva a la forma de comprender innata, y llama la atención que, para describir y proyectar situaciones físicas circundantes, se recurre a figuras geométricas elementales: líneas, planos, polígonos, presentes por ejemplo en las formas de referir un territorio.
Geografía y representación: el grado de las referencias.
Vuelvo al tema que traté de esbozar en el post anterior, de la representación de la geografía, y el vínculo de ésta a la arquitectura. Las referencias se trazan como forma de orientación, pero al ver el total, pueden aparecer valores de la representación en sí misma: planos que destacan por su gráfica, colorido, texturas.
“A lo mejor estamos dibujando algo, a lo mejor los cerros y los mares, los mundos y las constelaciones, son un dibujo, que alguien puede ver”.
Cualificación de las referencias. Un plano de instalaciones me pareció bello: ¿por qué?
Hace un tiempo conversaba con un arquitecto, que decía que encontraba belleza, y correspondencia, en un plano de instalaciones. Eso dio pie a que recordara la exposición “Fuera de lugar”, del Museo Nacional de Bellas Artes: planos de arquitectura expuestos desde el punto de vista pictórico, lo que desconcierta, y también interesa.
El tema, a mi juicio, es a dónde se dirige la comunicación, el mensaje, lo que se plantea decir. Sobre la exposición citada, a la que amablemente me invitó el pintor Senaquerib Astudillo (que participa con un trabajo de fotografía, muy bueno), me dejó sensaciones encontradas. Algunas partes de la exposición no las encontré tan acertadas, o por lo menos convincentes, a nivel de curatoría, pero bueno, me extenderé más sobre esos puntos tal vez en otra ocasión.
El plano de arquitectura, volviendo a lo que me llama más la atención, tiene una significación inmediata, léase la leyenda con los cuadros de colores, pero podría tener otras: los recortes que hace la geografía, los degradé que se forman, que parecen trazos de pintura. Ver planos así, en una sala de arte, me parece un aporte: descoloca, a la vez que ofrece otras perspectivas.
También invita a no sentirse vagamente culpable de ver un degradé en un plano de arquitectura, que semeja una acuarela, o una pintura de tonos azules, o violáceos. O apreciar las sombras de otra manera en una perspectiva aérea.
Es interesante tomarlo como invitación a ver otras cosas: a lo mejor la puerta de la cocina puede llevar a ver el bosque.
La comunicación y la lógica de las partes colaborantes sin recurrir a la primera: estructura y subjetividad
Producto de ésto, pensé que la concatenación de lógicas resulta agradable, incluso tratándose de un tema funcionalista.
Es posible pensar en lo agradable que es un panal, y lo desagradable que es una acumulación de excedentes, o desechos en una industria: cuestión de proporción y referencia, siendo que ambos ejemplos no llevan en sí un mensaje de comunicación específico. Son órdenes o desórdenes estructurales.
La estructura así se presenta con prescindencia de nuestra subjetividad.
El avance de la geometría en la comprensión contemporánea
Tiempo atrás, se instaló una polémica, en torno al tema de terminar o no un proyecto dejado a nivel de bosquejos por un arquitecto ya fallecido, como Le Corbusier (Iglesia de Saint-Pierre, arriba a la izquierda: http://www.plataformaarquitectura.cl/2006/08/22/terminan-iglesia-proyectada-por-le-corbusier/). La obra es notable, aunque hay en ella trazas que hablan de otro tiempo. Al nivel de la arquitectura actual, el desarrollo de la geometría ha alcanzado complejos desarrollos.
Si incorporamos la geometría con mayor sutileza, vamos a preservar la obra del modernismo en una expresión contemporánea. Todo está en constante movimiento, también el diseño, como en movimiento también los avances científicos (geometrías de vanguardia, en la arquitectura de Ben Van Berkel, a la derecha).
Rugendas: figura y forma
Rugendas (Johann Moritz Rugendas), es un pintor que viajó a América por primera vez en 1821, con una expedición científica al Brasil, en la que participa como grabador y dibujante. Allí permaneció cinco años. Interesado por la geografía y las escenas típicas de pueblo, sus dibujos representan detalles botánicos y relatan las costumbres del lugar. Esos dibujos se caracterizan también por una minuciosidad cientificista que facilita los estudios comparados. Al buscar una ilustración figurativa (la primera que aparece en este post) pensé en este pintor, encontrando valor plenamente actual en la prolijidad, y el rigor científico.
Representación y ciencia: "Micrographia", de Robert Hooke, o la ilustración científica del siglo XVII
Con respecto a la objetividad en la representación, y su aplicación práctica, un referente que marca un antes y un después en los libros de ciencia, es "Micrographia", de Robert Hooke, editada en 1665. Lo figurativo en este caso no es ornamental, sino cumple una función, se basa en el avance: trazo e idea se encuentran entrelazados. Así la representación también funciona como un vehículo de conocimiento, encontrando un vínculo con lo moderno, y certero, en todas las épocas.
El encuentro de la representación, tanto figurativa como abstracta, es en la idea: una abstracción también tiene texturas. A mi juicio, la abstracción que no entiende lo natural es una flojera. Hay que estudiar la luz sobre un objeto, para después volver a lo moderno, volver a la abstracción. El claroscuro intuitivo, cuando es bueno, llegará al mismo nivel de claroscuro que el estudiado. Hay que estudiar el pliegue, hay que estudiar la física. Para aprender a volar, hay que saber pilotear.
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