A cien años de la Bauhaus: legado y vigencia
A cien años de la Bauhaus, y noventa del Pabellón de Barcelona, este 2019 se han llevado a cabo múltiples eventos para conmemorar a esta Escuela de Arquitectura y Arte. Festivales, exposiciones, un museo en Weimar y otro en Dessau, han traído al presente sus ideas innovadoras.
Directores de la Bauhaus
“¡El último fin de toda actividad plástica es la arquitectura! (…) ¡Formemos pues un nuevo gremio de artesanos sin las pretensiones clasistas que querían erigir una arrogante barrera entre artesanos y artistas! Deseemos, proyectemos, creemos todos juntos la nueva estructura del futuro, en que todo constituirá un solo conjunto, arquitectura, plástica, pintura y que un día se elevará hacia el cielo de las manos de millones de artífices como símbolo cristalino de una nueva fe”
Walter Gropius, 1919.
Durante su existencia en Alemania, la escuela de la Bauhaus alcanzó a tener tres directores:
1919-1928: Walter Gropius
1928-1930: Hannes Meyer
1930-1933: Ludwig Mies van der Rohe
Walter Gropius fue su director fundador, en el período inmediatamente posterior a la guerra, en el cual nace la República de Weimar, en medio de la pugna entre capitalismo y socialismo. Gropius recoge esta atmósfera en un postulado que incorpora ideales de cambio social e igualdad.
En arquitectura, la “forma sigue la función” se transforma en un principio de diseño, y la sede de la Bauhaus en Dessau en uno de sus edificios más representativos, además de referente histórico.
Plásticamente, asimismo, sus diseños recogen elementos de movimientos artísticos contemporáneos, como el neoplasticismo holandés, y el suprematismo. En estos años, de hecho, la influencia de la revolución rusa, ocurrida en 1917, se hace presente fuertemente tanto en lo político como en lo cultural. Así muchos artistas, como el poeta Vladimir Maiakovski, o los pintores Kasimir Malevich, Alexandr Rodchenko, o El Lissitzky, buscan participar activamente en la construcción de esta nueva sociedad, repensando la función del arte.
En la primera sede, Gropius reúne a artistas como Wassily Kandinsky, Paul Klee, Josef Albers, Laszlo Moholy-Nagy, Johannes Itten, bajo el principio de unir arte, artesanía, y producción.
Es interesante que la arquitectura asimila parte de estas referencias pictóricas en el diseño: las modulaciones, las tensiones entre elementos, relaciones y proporciones. En la imagen superior, “Amarillo, Rojo y Azul”, un cuadro de Wassily Kandinsky (1925), del periodo de arte abstracto. Es la obra más importante de su época en la Bauhaus.
Tras un primer periodo idealista, en la escuela sucede una fase racionalista, y luego una fase final de obras y mayor reconocimiento. Tras un breve periodo de dos años, de Hannes Meyer, asume la dirección Mies van der Rohe, en 1930.
Al ascender el partido nazi presiona fuertemente a la Bauhaus, por lo que Mies van der Rohe la traslada a Berlín, con fondos ganados de la ilegalidad del cierre de contratos. La escuela, ubicada en su última etapa en un antiguo edificio de telefonía, sobrevive solo hasta abril de 1933. La defensa de van der Rohe resulta infructuosa, de nada le sirve insistir en declararse patriota, y veterano de guerra, o que su trabajo no es político. Dirige así la Bauhaus en Berlín hasta su cierre, optando por aquello ante las presiones para modificar el régimen de estudio de la escuela.
Además de los movimientos modernistas de pintura y diseño, también la poesía de vanguardia fue contemporánea de la Bauhaus. El Manifiesto Suprematista, de hecho, fue coescrito entre Vladimir Maiakovski y Kasimir Malevich.
LA PRIMERA NOCHE
La primera noche ellos se acercan
y cogen una flor de nuestro jardín,
y no decimos nada…
La segunda noche, ya no se esconden y pisan las flores,
matan nuestro perro y no decimos nada…
Hasta que un día el más frágil de ellos
entra solo en nuestra casa,
nos roba la luna, y conociendo nuestro miedo
nos arranca la voz de la garganta.
Y porque no dijimos nada
…ya no podemos decir nada
Vladimir Maiakovski
Modelos de edificios en papel
Combinando técnicas de kirigami y de los pop-ups, he procurado diseñar un nuevo modelo representando el Pabellón de Barcelona de Mies Van der Rohe. Con su planta característica, su continuidad espacial, y sus elementos principales, primero elaboro un trazo a recortar como base, con lleno y vacío. Luego superpongo otra capa, con muros y cubiertas.
Y un fondo de color remarcando las dos piscinas: la más exterior y la interior. Es lo que me llama la atención: la tensión entre estos dos elementos.
La idea asimismo es procurar un abatimiento con precisión, donde todos los volúmenes se guarden como plano.
Superestructura y techumbres abatibles (abajo)
Así también, desarrollo un modelo para la sede de la Bauhaus en Dessau. Procuro esbozar su elevación característica, y el aporte de sus tipografías.
Un legado fundamental
El partido nazi, al acceder al poder en 1933, clausura la Bauhaus, al considerarla centro de “bolchevismo cultural”. A esas alturas, sin embargo, ya había alcanzado reconocimiento, y parte de sus miembros, incluyendo a Walter Gropius, se exilian en Estados Unidos. Allí, se realizaría una continuación de la Bauhaus, hasta la Guerra Fría, la “Nueva Bauhaus”, fundada por Laszló Moholy Nagy en Chicago, en 1937.
En la actualidad existe un renovado interés en la Bauhaus, y este año ha estado marcado por homenajes con ocasión del centenario, recogiendo su legado artístico que permanece, y que resulta fundamental para pensar la arquitectura moderna, las corrientes actuales y el urbanismo. Además de su recuerdo cobra especial vigencia la idea que dejó, de un arte que ya no esté separado de la vida, y de una educación no solo enfocada dentro de los márgenes estrechos del capitalismo, sino que pensada como factor de cambio social, enfatizando el trabajo creativo, y la idea de que no sirve estudiar para hacer lo mismo, la idea es cambiar el entorno, transformando la sociedad.
La sede de la Bauhaus en Dessau, y el Pabellón de Barcelona, dos hitos de la arquitectura.
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