Vladimir Brontis: Cerros, árboles y cielos nublados: textura en arquitectura

Saturday, June 20, 2020

Cerros, árboles y cielos nublados: textura en arquitectura


Cerros, árboles y cielos nublados. Siempre rodean las construcciones, y bajo la acción del sol nunca son iguales. En distinta estación, a distinta hora del día. La luz va cambiando, los tonos de los colores: elementos que varían, superpuestos a los planos de la arquitectura.

Inventario de cielos
Azules, morados, rojos. Cielos con distinta nubosidad. Se podría imaginar un Neufert poético para los contextos. Un inventario o catálogo, pero no para la arquitectura, sino estudiando el entorno. Un estudio acucioso de sombras durante el día. Un estudio de lo “que rodea” a los volúmenes de hormigón, acero y cristal.
Un fiordo es una asombrosa arquitectura indeterminada. La medida que se puede extraer de éste es topográfica, pero dados sus accidentes y multiplicidad de vectores las líneas de sus cotas, que refieren alturas, van a terminar abstrayéndose. Aproximándose. Es una textura: interesa la referencia de dónde hay un promontorio, o una quebrada, pero su última forma está en movimiento: no podemos decir que la “cristalizamos”, que se reprodujo tal cual. Ubicamos puntos, a distinta altura, y los unimos. Nos aproximamos.


Toda arquitectura en cambio es una referencia geométrica, llena de relaciones entre sí. Lo que se dibuja es básicamente su forma exacta, y la aproximación es completa: aparecen líneas, ángulos rectos. Sus verticales, optimizadas al plano más liso: todas las formas están “optimizadas”, según relaciones geométricas.
Le Corbusier escribe un “Poema del Angulo Recto”, donde esta vertical es la exactitud, fuera de la cual todo puede ser cualquier ángulo.
Estos ángulos rectos de Le Corbusier, sin embargo, dispuestos en un entorno están salpicados de sombras en declive, de ángulos. Los contextos naturales así son complejos, múltiples.
Va a ser necesario ante este desafío, si no se quiere un resultado autómata, esquemático, buscar un oficio, un conocimiento. Lo que Le Corbusier llamaba el juego sabio y correcto de los volúmenes bajo la luz: su definición de la arquitectura. La capilla de Ronchamp es un notable ejemplo de respuesta al contexto, y trabajo de la luz.
Lo cierto es que donde van las personas optimizan su entorno próximo, no viven directamente en la rugosidad de la naturaleza. Optimizan, perfeccionan, pulen la rugosidad.


Arriba: ilustraciones propias, en acuarela, y técnicas varias, buscando colores superpuestos, para representar hitos de la arquitectura: Pabellón de la Música (Frei Otto), Pabellón de Barcelona (Mies van der Rohe), Edificio Bauhaus en Dessau (Walter Gropius).

La cartografía es una representación con rigor, pero el objeto mismo es más libre que la arquitectura. La arquitectura es menos propensa a sufrir la “erosión” y cambio de un terreno. Se diseña “muy recta”, para hacerla referible. No se puede asegurar, en cambio, si el ángulo que marca un plano de cotas, de una quebrada, o de un cerro, se desgastó, o creció. Está en movimiento, como la vegetación que crece, o la nubosidad que transcurre. Los mazos de árboles también son volúmenes a considerar en un proyecto correcto: no se puede considerar como “despejado”, algo que está lleno de sombra, porque esa diferencia va a ser vital en arquitectura. Es vago, indeterminado, pero es presente.

Capas de colores pálidos
La capilaridad de las tintas, y la porosidad de los papeles va a marcar el aspecto de un dibujo a mano alzada. Capilaridad donde un líquido en contacto con un sólido es absorbido por éste, mojándolo. Se extiende por las fibras, formando “hilos”, más finos, en torno a la línea que se desea trazar.
El otro parámetro es la porosidad de la “base” de la tinta, generalmente papel. Si derrama o tiende a estancar el fluido. Existen así papeles más absorbentes que otros, que difuminarán más la tinta. Hay papeles muy absorbentes, como la servilleta, que la hace casi ilegible. Hay papeles especiales para la acuarela, con gramaje alto, que destacan los colores.
Hay algunos que no absorben nada, similares a la cáscara de huevo. E incluso se pueden lavar, porque vienen de la piedra, tienen un origen mineral.
Hay pinturas espesas, y pinturas muy aguadas, donde se pueden aplicar capas y capas pálidas, traslúcidas, que se entrecruzan, y cambian los colores.
En estos papeles empapados ¿hasta dónde llegará el agua? ¿hasta dónde teñirá el color?. Los grados de alcance de los pigmentos son los parámetros de este tipo de representación.

“Pero ella no estaría ahora en el puente. Su fina cara de translúcida piel se asomaría a viejos portales en el ghetto del Marais, quizá estuviera charlando con una vendedora de papas fritas o comiendo una salchicha caliente en el boulevard de Sebastopol. De todas maneras subí hasta el puente, y la Maga no estaba. Ahora la Maga no estaba en mi camino”
Julio Cortázar


Oscilación
Empecé a procurar representar el Pabellón de la Música, de Frei Otto, probando múltiples medios, y me sugirió la vela de un barco. Una deriva controlada, mezcla de cálculo y fuerza natural. Movimiento deliberado y fortuito. Encuentro de fuerzas. Una estructura desmontable, modificable. Luego me llamó la atención el contexto en las fotografías que existen del evento, de la Federal Garden Exhibition, en Kassel, con grandes árboles. Y veo que aquello también es una veta del tema: representar la vegetación, copas grandes, mazos de árboles.
También se puede asociar al vaivén de trazo libre y regla. La oscilación de la caligrafía y el normógrafo. Veo así una interesante asociación con la arquitectura, en este vaivén, propio de las disciplinas.
La regla así puede ser el marco de esta pulsión, de esta fuerza que quiere fluir, y que lleva a la optimización.
Lo que fluye y su marco. Y lo que fluye nos da vida. Siempre movimiento.
Dado que en esta ocasión el tema fue el medio, como un instrumento, también aquello impulsa a abordar la dirección. El sentido, y uso que va a dársele. En la próxima oportunidad abordaré un tema en el que también he estado pensando, en la arquitectura vista desde la ideología.


Ilustraciones y papel impreso: del original a la reproducción
Con respecto a impresión, volviendo al libro, me ha pasado que dibujos más detallados, y con más colores, no se ven tan bien, ni funcionan tanto como los de contrastes altos, los que, de todas formas, también preservan los trazos de pincel, y las superposiciones de tonos. Pienso así en reproducciones de tipo económico, donde la impresora no es tan sofisticada para detalles, pero sí sirve para ilustrar la idea, por lo mismo también es importante la simplicidad. Y esta simplicidad correcta podría funcionar con medios, o sin ellos. Esto dado que, como se ha reflexionado anteriormente, los libros en el fondo son copias. Haciendo estos ajustes, he procurado irlos incorporando a los pop-up correspondientes.


LA PRIMERA NOCHE
La primera noche ellos se acercan
y cogen una flor de nuestro jardín,
y no decimos nada…
La segunda noche, ya no se esconden y pisan las flores,
matan nuestro perro y no decimos nada…
Hasta que un día el más frágil de ellos
entra solo en nuestra casa,
nos roba la luna, y conociendo nuestro miedo
nos arranca la voz de la garganta.
Y porque no dijimos nada
…ya no podemos decir nada

Vladimir Maiakovski


1 Comments:

Blogger Gabriel Quintana said...

Un libro imprescindible a la hora de crear Arquitectura

11:04 PM  

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